En un embarazo normal el sexo del futuro bebé se conoce en la ecografía de la semana 20. Hasta ahora, si el sexo del bebé se quería averiguar mucho antes se hacía mediante biopsia de corión, amniocentesis o cordocentesis, pero estas técnicas tienen el inconveniente de que pueden causar complicaciones, como el aborto. En la actualidad, un análisis de sangre en la octava semana determina si el futuro bebé será niño o niña.
¿En qué consiste?
En el ADN del feto que circula por la sangre de la madre se buscan dos genes masculinos (el SRY y el DYS14), si se encuentran, el bebé es niño y si no se encuentran, es niña. El resultado se conoce en 48 horas y su índice de fiabilidad, según los laboratorios que lo usan, es del 98%.
Al alcance de todas las parejas
Este test ya se comercializa hace tiempo, por lo que pueden recurrir a él todos los padres que deseen saber el sexo de su hijo antes del cuarto mes. La madre debe dirigirse a un laboratorio de análisis clínico o una clínica ginecológica, donde se le hará la extracción de sangre y enviarán la muestra a los laboratorios. El precio del test para averiguar el sexo del bebé ronda los 120€ a 130€.