Según un estudio, un 35% de las mujeres embarazadas presenta síntomas de incontinencia urinaria al final del embarazo y un 20% tiene pérdidas tras el parto; y en ambos casos, el riesgo de sufrirla en el posparto es tres veces superior. Para evitarlo los expertos aconsejan:
1.- Seguir un programa de ejercicios Kegel bajo el asesoramiento de un experto para que te enseñe qué músculos hay que contraer.
2.- Beber 1,5 litros de agua al día y evitar un consumo excesivo de sustancias irritantes de la vejiga (té, café, bebidas con cola, chocolate, alcohol). Si se bebe poco, la orina será más concentrada, con lo que se irritará más la vejiga y se pueden favorecer las infecciones.
3.- Evitar el estreñimiento, con un aumento de la ingesta de frutas y verduras, y cuando se dé a luz, intentar mantener el peso correcto.
4.- Adquirir una postura adecuada a la hora de sentarte en el inodoro: recoger los pies y apoyar los codos sobre las rodillas evitando así forzar excesivamente los músculos del suelo pélvico.
