
Ya sea a las 6 o a las 16 semanas, la primera ecografía de tu bebé se convierte en uno de los grandes hitos del embarazo. Es un momento lleno de emociones encontradas: estás deseando ver a tu hijo, pero también preocupada porque algo esté mal.
Por eso hemos contestado a todas esas preguntas que te haces sobre esta prueba diagnóstica.
¿Cuándo me harán la primera ecografía?
Si van a controlar tu embarazo en la Seguridad Social, es probable que te hagan la primera sobre el tercer mes de embarazo (aunque cada vez es más frecuente que el ginecólogo disponga de un ecógrafo en la propia consulta, con lo que puede realizar la ecografía mucho antes).
En el caso de que te vea un médico privado, lo más habitual es que ya en la primera cita te haga una.
¿Qué se observa en las ecografías?
Cosas diferentes en función de la fase del embarazo en la que te encuentres, pero la finalidad principal de una ecografía es comprobar el bienestar del bebé e identificar potenciales anomalías, así como cerciorarse de que la placenta y el útero están sanos.
¿Cúando se detecta el embrión en una ecografía?
A las seis semanas se detecta el latido en el 50 por ciento de los casos. Si no es así, quizás te preocupes, pero eso no quiere decir que hayas perdido al bebé.
Probablemente vuelvan a hacerte una ecografía una o dos semanas después, ya que a las ocho semanas el latido es claramente perceptible.
¿Son peligrosas las ecografías vaginales?
Las primeras ecografías que se realizan en el embarazo suelen ser por vía vaginal para obtener una imagen más clara de tu útero. Esta técnica está totalmente probada y no ofrece ningún riesgo de aborto ni de otro tipo.
El procedimiento es seguro: antes de realizarla, la sonda se limpia con un antiséptico y se cubre con un plástico (parecido a un preservativo). Luego, el médico pone un poco de lubricante en el extremo de la sonda y la inserta suavemente en la vagina.
¿Cuántas ecografías se realizan?
Como mínimo se realizan tres: una en cada trimestre de la gestación. Habitualmente, en la semana 12ª, en la 20ª y la última entre las semanas 28ª y 37ª). Sin embargo, el número puede variar mucho dependiendo de las circunstancias, pues en las consultas privadas lo habitual es realizar una por cada visita (que puede ser mensual).
También se tiene en cuenta la evolución del embarazo; si madre o hijo sufren algún problema, el seguimiento y los controles ecográficos son mucho más continuos y especializados.
Por ejemplo, con la ecografía Doppler puede estudiarse el flujo sanguíneo del cordón umbilical y el estado de las arterias uterinas, entre otros parámetros importantes.
¿Cuándo sabré si es niño o niña en una ecografía?
En ciertos casos, es posible saberlo hacia el cuarto mes de gestación, siempre y cuando el bebé esté en una posición adecuada. Algunos ginecólogos prefieren esperar un poco para revelar el sexo del bebé, pues pueden darse errores de apreciación que no suelen ser bien recibidos por los padres.
Por lo general, en la ecografía de las 20 semanas sí es posible, aunque, a veces, sobre todo si es niña, puede demorarse un tiempo más.
¿Cómo se ven las anomalías en una ecografía?
La ecografía de la semana 20ª está especialmente dedicada a esta función. Es una de las más importantes del embarazo, pues se hace un exhaustivo recorrido por los órganos del bebé para comprobar que todo funciona correctamente y que no hay ninguna anomalía ni alteración orgánica.