El verano es la época del año en la que más se come fuera de casa y se viaja más. Por ello, si estás embarazada, debes cuidar mucho más tu alimenación para evitar intoxicaciones, dolores de estómago y problemas intestinales entre otros. Lo más importante es recordar qué alimentos puedes comer, los que no y mantener unos buenos hábitos.
Lo que sí puedes comer:
- Ensaladas variadas. Pide que te laven bien la ensalada, se supone que es así, pero no está de más recordarlo.
- Guisos y asados de carne.
- Pescado blanco. Siempre a la plancha o cocido.
- Todo tipo de verduras.
- Fruta y frutos secos.
- Huevos, leche, yogures.
- Helados y batidos. Estos últimos, si pueden ser, caseros.
- Zumos naturales.
Lo que no puedes comer:
- Los fritos.
- Comidas muy especiadas y picantes.
- Embutidos.
- Bollería y pasteles.
- Todo tipo de ahumados.
- Quesos.
- Mayonesa.
- Refrescos gaseosos o con cafeína.
- Café, té y, ante todo, el alcohol.
Hábitos saludables
- Intenta mantener tu horario de comidas como si estuvieras en casa.
- Olvídate de los atracones, debes comer a menudo y ligero (mínimo cinco comidas al día).
- Si entre horas tienes hambre, pica sano (una pieza de fruta, un yogur, unas galletitas integrales…).
- Evita, todo lo posible, el tapeo, es difícil en verano, pero…
- Si te vas a meter en la piscina o en la playa, espera siempre dos horas después de las comidas para hacer la digestión.
- Ante la duda, siempre bebe agua mineral embotellada.