Los dos últimos meses de embarazo son perfectos para preparar todo aquello que va a necesitar su bebé en las primeras semanas de vida.
Preparativos para la llegada a casa del bebé
Las prendas de vestir del bebé tienen que ser de fibras naturales (algodón 100%), no comprar sintéticos. La lana o tejidos con mucho pelo no son recomendables ya que podría aspirar las pelusas que desprenden.
Hay miles de clases de biberones, en cristal, plástico… pero las características comunes que debemos buscar son: cuello ancho para que nos facilite el llenado y tetinas de biberón adecuadas para cada época del desarrollo natural de los maxilares y las encías del bebé, la primera a usar es que se asemeja a las del pezón materno durante la lactancia, el orificio es recto y dirigido hacia el paladar del recién nacido.
Una minicuna o moisés sería ideal para dormir las primeras semanas, está más recogido y podemos moverlo por donde queramos en casa.
El colchón tiene que ser relativamente firme, pero no demasiado duro. No hace falta almohada para el bebé. Las sábanas a ser posible de franela o algodón.
Un cambiador amplio y a una altura suficiente que no nos tengamos que inclinar para cambiarle.
Para la bañera hay muchos modelos en el mercado que nos van a servir perfectamente, eso os lo dejo a vuestra elección.
Para salir a la calle podemos optar por un cochecito combinado más bien pequeño y muy estable, el freno debe actuar sobre dos ruedas y una capota que aisle perfectamente al bebé. Las ruedas anchas y pequeñas son mejores que las grandes y delgadas.
En el coche hay que fijarle bien en el portabebé y siempre en el asiento trasero, debe estar diseñado especialmente para ese fin siguiendo las normas de edad y peso del bebé que establecen las normas de seguridad.
La habitación tiene que ser amplia, con mucha luz, aire y sol. No es necesario gastarse mucho al principio en amueblarla, basta con la cuna, el vestidor o cambiador, un armario o cómoda y una estantería para dejar sus cositas. Los muebles deben ser sin bordes o cantos agudos, tornillos visibles o bisagras que puedan dañar al recién nacido.
Una mecedora en la habitación del bebé para dormirle no vendría nada mal. El balanceo le hace recordar los continuos movimientos cuando estaba en el vientre materno y le va a ayudar a relajarse y a dormirse mucho antes.