Existen mujeres que por diferentes cuestiones de la vida, tienen que afrontar el gran reto de ser madres en solitario. En ese caso, el modelo de familia cambia ya que la responsabilidad del hogar recae únicamente sobre una persona. Y además, la madre debe hacer el gran esfuerzo de coordinar el trabajo con el hogar. ¿Cómo conseguir armonizar ambas funciones con fuerza y entusiasmo? Aquí tienes algunas ideas:
Tu hijo será tu mayor motor a nivel emocional. Es decir, aunque te sientas cansada, de una forma natural, el hecho de saber que hay alguien que depende de ti te hará mostrar tu valor y tu coraje. Porque además, la sonrisa de un niño es la mejor recompensa.
No te compares con nadie más. No envidies a otras mujeres que educan a su bebé con una pareja al lado. Cada historia es diferente y nadie puede valorar desde fuera la intimidad de una persona. Por ello, potencia tu autoestima y desarrolla todo tu valor porque tu bebé se sentirá muy orgulloso de ti cuando crezca. Además, en algún momento puedes conocer a una pareja con la que compartir tu vida y recuperar la fe en el amor. Si te apetece reflexionar sobre esta cuestión te invito a ver una película romántica de Sandra Bullock: Siempre queda el amor.
Aprende a delegar y pide ayuda. Es decir, en tu entorno más cercano cuentas con personas que te quieren y que te apoyarán en tu nueva faceta de madre. Por ejemplo, los abuelos seguro que están encantados de poder pasar tiempo con el niño a lo largo de la semana. En caso de que lo necesites, tal vez podrían ayudarte un poco incluso económicamente.
Muchas mujeres asumen la faceta de la maternidad en solitario, algunas por circunstancias tan dramáticas como la muerte de su pareja. En cualquier caso, un niño crece feliz gracias al cuidado de una madre que es capaz de dar lo mejor de sí misma en la rutina diaria. Tener un referente paterno es positivo, sin embargo, no es indispensable. Por ello, deja los miedos de lado, coge la mochila de la esperanza y camina por la vida con la ilusión de saber que tu bebé y tú tenéis un futuro mágico por delante.
