Ya has empezado a pensar en la habitación del bebé, en sus colores y su decoración. Pero antes de empezar sigue leyendo para informarte sobre la pintura más adecuada para la habitación de tu pequeño.
¿Puedo utilizar cualquier pintura?
Algunas pinturas contienen ciertos químicos tóxicos que, una vez secos, liberan compuestos orgánicos volátiles (COV) durante años, de manera que el bebé los respira continuamente.
Para evitar esto es mejor recurrir a pinturas respetuosas con el medio ambiente, libres de productos nocivos.
Entre los tipos de pintura más recomendadas podrás encontrar la pintura mineral. Están hechas a base de silicato de potasio, pigmentos minerales y arcilla. Son 100% naturales y hasta 2 ó 3 veces más duraderas que otras pinturas.
Otra opción puede ser la cal, utilizada durante años por sus propiedades higiénicas y su capacidad de regular la humedad, que asegura la protección de las paredes a la vez que las deja transpirar. Ideal para pequeños con alergias.
No olvides que no estás en condiciones de ponerte a pintar tú misma la habitación, deja que lo haga el futuro papá o contrata a un pintor.
¿Qué colores es mejor elegir?
Ante todo evita los colores demasiado intensos que puedan incomodar el sueño de tu bebé.
Verde: Es un color relajante y asociado a la naturaleza. Se recomienda si la habitación tiene una buena luz natural.
Azul: El clásico en cuanto a relajación y serenidad, ayuda a conciliar el sueño.
Rosa: Posiblemente el más usado cuando sabemos que tendremos una niña. Aporta ternura, calma, dulzura y optimismo.
Naranja: Expresa vitalidad, alegría y felicidad. En terapia ayuda a superar estados de depresión y obsesivos.
Violeta: Otro de los colores más usados el las habitaciones femeninas. Es relajante e intensifica la capacidad intelectual. Expresa dignidad, calma y autocontrol.
