El dolor de espalda durante el embarazo, sobre todo en el tercer trimestre, es algo inevitable y común en las futuras mamás. Este dolor aparece por el peso del vientre, el tamaño del útero que aumenta cada vez más, la inclinación natural que adquirimos o el cambio en el centro de gravedad. A pesar de todo, podemos intentar evitar o al menos aliviar esos dolores de espalda.
Camina de forma habitual
Deberás incluir un paseo en tu rutina diaria, es un ejercicio muy suave que, si no existe contraindicación de parte del médico, podrás realizarlo hasta casi el final del embarazo.
Mantén las caderas firmes y ligeramente desplazadas hacia adelante. No olvides un detalle importante: estar de pie durante largo tiempo acentuará las molestias en la espalda. Siempre que puedas (en el trabajo, haciendo alguna compra, etc) busca un asiento o algo en lo que apoyarte.
Utiliza un calzado adecuado
Un calzado mal elegido podrá dar como resultado un fuerte dolor de espalda al final del día. Busca aquel que tengan una plantilla cómoda y transpirable, que no sea totalmente plano y que no dificulte la circulación de las piernas.
Mantén una buena postura al agacharte
No te inclines sobre ti misma a la hora de coger algo que esté bajo, mejor dobla las rodillas y mantén la espalda recta. Igual cuando estés sentada deberás mantener la espalda recta, a ser posible con un cojín o almohadón en la zona de los riñones.
Ten todo a mano en el trabajo
Si trabajas es recomendable que intentes tener todo a mano durante la larga jornada: un cojín para la zona lumbar, un taburete para levantar un poco las piernas, un soporte para tener el ordenador a la altura de los ojos. Evita cruzar las piernas, levántate y da un pequeño paseo cada dos horas y realiza pequeños estiramientos cada cierto tiempo.