Durante el embarazo pueden surgir pequeños problemas en nuestra piel que a menudo nos preocupan. Vamos a averiguar cómo solucionarlos.
Acné durante el embarazo
Bajo la influencia de los estrógenos, presentes en el cuarto y quinto mes de embarazo, puede aparecer el temido acné en el rostro y el escote. Las mujeres más afectadas son aquellas que ya sufrieron acné en su adolescencia y las que tienen la piel grasa.
Para evitar que aparezcan es recomendable tener una buena higiene diaria. Olvida la leche limpiadora y opta por un desmaquillante en espuma que se enjuague con agua, adaptado a pieles jóvenes con este pequeño y desagradable problema. En cuanto a la crema hidratante, opta por una cuya textura sea ligera.
Piel seca y deshidratada durante el embarazo
La piel necesita agua y por ello debemos beberla regularmente desde el principio del embarazo. En general, las pieles normales o secas son las primeras en sufrir las consecuencias, pero no son las únicas.
Si te encuentras con este problema, la solución será justo al contrario que en el problema anterior. En lugar de usar desmaquillantes que requieren enjuague, utiliza una leche limpiadora con textura cremosa. Además deberás aplicar a diario una crema hidratante.
Cloasma o máscara del embarazo
Se trata de la aparición de manchas de tono oscuro más o menos importantes en el rostro. Son causa de dos factores:
1. El aumento significativo de la secreción de hormonas (progesterona y estrógeno).
2. La exposición al sol.
Juntos estimulan el sistema de pigmentos, causando la diferencia de color en diferentes zonas. Para evitar que esto ocurra es recomendable no exponerse al sol y utilizar protector solar en todo momento.
Rojeces durante el embarazo
El intercambio que se produce entre la madre y el bebé a través de la placenta durante toda la vida intrauterina, está formado por numerosos vasos sanguíneos y arterias. Para que esto sea posible, la madre segrega factores de estimulación vascular, lo que a veces puede causar efectos en la piel.
Es común que aparezcan rojeces en la nariz o en las mejillas, sobre todo, aunque también es posible encontrarlas en el cuello. Para disimularlas utiliza un maquillaje corrector. Si continúan sin desaparecer unos meses después del parto, será necesario consultar a un dermatólogo.