Durante el embarazo, la falta de yodo puede acarrear numerosos problemas de salud tanto para la madre como para el bebé en gestación.
Puedes prevenir esta carencia de yodo de una manera sencilla:
- Pásate a la sal yodada.
- Consume pescado, moluscos o marisco cuatro veces por semana (siempre muy bien cocinados, nunca crudos, lee este artículo: Olvídate del pescado y marisco crudos durante el embarazo).
- Si lo prefieres, puedes tomar algún suplemento de yodo. Consulta con tu médico, cuál es el que más te conviene y la cantidad diaria que tienes que tomar.
Tener los niveles correctos de yodo, ayudará al buen crecimiento de tu bebé y en su desarrollo nervioso y mental. Consumir este tipo de sal asegura un aporte de 150-200 microgramos de yodo, entre el 75 y el 100% de la dosis que las embarazadas requieren al día.
Un dato a tener en cuenta: Las últimas investigaciones relacionan un bajo consumo de yodo en la primera mitad del embarazo con el nacimiento de niños hiperactivos.