En el interior del útero su bebé se mantiene dentro de dos membranas – el corion y amnios, conocidas colectivamente como el saco o bolsa de aguas. Las membranas son bastante duras y ligeramente elásticas y su función es proporcionar protección a su bebé, dentro de las membranas está el líquido amniótico que le proporciona flotabilidad para que su bebé pueda moverse libremente y ejercercitar sus extremidades. También proporciona un colchón de protección frente a presiones externas o de impacto.
La temperatura del líquido amniótico es aproximadamente de 0,5-1ºC superior a la temperatura de la madre. Si su temperatura aumenta, también lo hace la temperatura del líquido amniótico y la temperatura de su bebé. Se recomienda que las mujeres eviten saunas y spas muy calientes (más de 37ºC) y se abstengan de ejercicio prolongado y agotador durante el embarazo para evitar un sobrecalentamiento de su bebé.
Sabías que…
El líquido amniótico alcanza su nivel máximo a las 38 semanas de gestación, pesa alrededor de 1kg y desde esta semana su volumen disminuye gradualmente.
Alrededor de las 13 semanas de embarazo hasta justo antes del parto, su bebé empieza a bostezar, succionar, tragar y beber el líquido amniótico. Esto ayuda a prepararse para la alimentación cuando nace.
El líquido está formado por glucosa y fructosa, sal, proteínas, urea, ácido cítrico, ácido láctico, ácidos grasos y aminoácidos, así como células de la piel, cabellos y crema vérnix de su bebé. En los últimos 3 meses de embarazo, la mayoría del líquido amniótico es producido por los riñones del bebé.
El bebé traga y orina este líquido estéril, este mecanismo de descarga ayuda a sus riñones a trabajar una vez ya nacido. En realidad no hay orina en el líquido porque la madre se expulsa los desechos del bebé por el cordón umbilical a través de su cuerpo.