Si eres mamá primeriza será más complicado que lo notes, por muy pendiente que estés, ya que además puedes confundirlo con gases o movimientos del intestino.
Cuando comiences a notar las patadas, es muy normal que un día sientas varias y al día siguiente ninguna. No te asustes, según avance el embarazo los movimientos serán más intensos y con una cadencia más regular, lo que será un buen termómetro para medir que todo está desarrollándose de manera normal.
Mientras la mamá está en movimiento el bebé permanece tranquilo, es aquí cuando se comienza a desarrollar la función vestibular, el equilibrio. Y cuando la madre está tranquila, el bebé lo nota y es cuando comienza a moverse.
Acabarás distinguiendo todos sus movimientos
Es probable que las primeras veces el feto realice estos movimientos como un acto reflejo, pero si percibe que se obtiene una respuesta del medio, de su mamá, hará movimientos para provocarla.
Según avanza la gestación irás notando qué tipo de movimientos hace el feto, llegando incluso a distinguir los codazos, las patadas y los movimientos de la cabeza.
Al acercarte a la semana 36, es probable que comience a adoptar la posición idónea para el parto. Irá girándose hasta lograr ponerse cabeza abajo y encajarse en la pelvis, en ese momento notarás cierta presión en la zona, mientras que la parte de la caja torácica estará más ligera y te resultará más sencillo respirar.