Los dulces, una tentación a la que es difícil resistirse
El azúcar y sus derivados son alimentos muy consumidos y apreciados por su sabor dulce y por su aplicación en la fabricación de todo tipo de productos de bollería, pastelería, refrescos, etc.
Lo cierto es que no habría nada que criticar de los dulces si su consumo fuese razonable, es decir, en cantidades limitadas y ocasionalmente.
En general, los dulces está cargados de calorías vacías, es decir, que no nutren al organismo
Desde el punto de vista nutritivo, el azúcar común (sacarosa) es un alimento exclusivamente energético que únicamente aporta calorías; concretamente 4 calorías por cada gramo. Estas calorías se consideran “vacías”, al contrario de lo que ocurre cuando consumimos alimentos tales como legumbres, frutas, lácteos, etc., que además de calorías aportan a nuestro organismo, proteínas, minerales, vitaminas, etc.
¿Cuando están especialmente desaconsejados los dulces?
Conviene recordar que el azúcar y los dulces, producen elevaciones bruscas de los niveles de azúcar (glucosa) en sangre con caídas rápidas, por lo que su consumo está completamente desaconsejado en caso de padecer diabetes gestacional y, si existe obesidad, debe restringirse su consumo dada su capacidad para incrementar el peso en función de su valor energético.
Dulces sí, pero con moderación
A pesar de todo lo que se ha mencionado, no se trata de prohibir este tipo de alimentos, si no más bien de incidir en la necesidad de realizar un consumo razonable, como premisa de cualquier dieta equilibrada.