Los antojos, según los especialistas, se deben a los cambios hormonales que se producen en el embarazo, que provocan a su vez modificaciones en el gusto y en el olfato.
Los antojos relacionados con la comida, según algunos médicos (no todos), se deben a las necesidades nutritivas que en ese momento tiene el organismo de la mujer. Por ejemplo, si un día te apetece mucho una comida salada podría ser porque tu cuerpo precisa sodio. Sin embargo, no es “obligatorio” tener estas necesidades durante la gestación. Muchas mujeres pasan todo su embarazo sin saber qué es un antojo. Tan sano es tenerlo como no.