El dolor del parto tiene una serie de efectos beneficiosos para la mujer y el bebé, que pierden su efectividad cuando la paciente opta por dar a luz con anestesia epidural o por cesárea. El dolor contribuye a la fisiología del parto, refuerza aún más el vínculo entre madre e hijo y prepara a las mujeres para la responsabilidad de ser madre.
Algunos estudios han demostrado que la anestesia epidural aumenta la probabilidad de tener que inducir las contracciones con tratamientos hormonales y es más frecuente el uso de fórceps para ayudar al bebé en el parto, por lo que si se puede evitar, mejor que mejor. Recomiendo el uso de otras alternativas para aliviar el dolor, como el yoga.
Optar por la cesárea puede causar numerosos problemas de salud para la madre, ya que aumenta el riesgo de sangrado y de infección. Para los recién nacidos, la situación no es diferente, puede causarles problemas respiratorios, entre otros.
Las infecciones causadas en el parto son la tercera causa principal de muerte en los recién nacidos y, según las estadísticas, se dan mucho más en los partos por cesárea.