Placenta previa, síntomas y tratamiento

Placenta previa, síntomas y tratamiento
¿Qué es la placenta previa?

La placenta previa ocurre cuando la placenta se adhiere en la parte inferior del útero, en lugar de posicionarse en la parte superior más muscular del útero. La placenta previa es una causa frecuente de sangrado durante el segundo y tercer trimestre del embarazo.

¿Cuáles son los diferentes tipos de placenta previa?

Placenta previa Completa – La placenta cubre completamente el cuello uterino.
Placenta previa parcial – La placenta cubre una porción del cuello uterino, pero no cubre completamente el cuello uterino.
Placenta previa marginal – La placenta se extiende hasta el borde del cuello uterino, pero no lo cubre.

¿Cuál es la causa de la placenta previa?

La causa de la placenta previa se desconoce.

¿Estoy en riesgo de padecer placenta previa?

La placenta previa se presenta en aproximadamente en 1 de cada 200 nacimientos. Los factores de riesgo incluyen:

  • Haber tenido otros embarazos con placenta previa.
  • Partos múltiples.
  • Ser el segundo embarazo o más.
  • Fumar.
  • Tener más de 35 años.
  • Haber tenido algún tipo de cirugía en el útero.
  • Haber tenido anteriormente un bebé mediante cesárea.
  • Tener un historial con anormalidades uterinas.

¿Cuáles son los síntomas de placenta previa?

El sangrado vaginal después de las 20 semanas de embarazo es el principal síntoma de placenta previa. El sangrado durante el embarazo puede ser debido a otra causa, sin embargo, es importante llamar a tu médico si experimentas cualquier tipo de hemorragia.

La placenta normalmente se une a la parte superior del útero que es más musculosa y más fuerte. Sin embargo, en caso de placenta previa, ésta se adhiere a la parte inferior del útero que es más débil, más delgada y más vascular. Durante el segundo y tercer trimestre de embarazo, el cuello uterino empieza a adelgazarse y a estirarse para prepararse para el parto. La placenta previa puede dar lugar a complicaciones para la madre y el bebé. Las complicaciones que pueden surgir incluyen desprendimiento de la placenta, hemorragias, parto prematuro y anemia de la madre o del bebé.

El tratamiento de la placenta previa

La placenta previa a menudo se corrije por si sóla durante el embarazo. En más del 90 por ciento de las mujeres diagnosticadas con placenta previa durante el segundo trimestre, la placenta se corrije sóla casi al final del embarazo. La placenta no se mueve, sino que al estirarse el útero durante el embarazo, al final de éste no está tan cerca del cuello del útero como lo fue al principio del embarazo.

Si la placenta previa, sin embargo, no se corrije sóla hay varias cosas que se pueden hacer para controlarla. Requerirá reposo en cama y visitas frecuentes al médico o al hospital. Los exámenes vaginales no son recomendables para la mujer embarazada con placenta previa. Puedes recibir inyecciones de esteroides para madurar los pulmones de tu bebé, ya que existe el riesgo de parto prematuro.

El tratamiento variará dependiendo de qué tan avanzado esté el embarazo y si tienes placenta previa completa, parcial o marginal. Si empiezas a tener sangrado o contracciones, ve al hospital. Tu médico querrá controlar la frecuencia cardíaca del bebé y vigilar sus signos vitales. Si se detiene la hemorragia, tu médico puede enviarte a casa pero con reposo en cama. Si la hemorragia no se puede controlar será necesaria una cesárea de inmediato independientemente de la duración de la gestación. Si el sangrado es controlado tu médico te intentará programar una cesárea. En la mayoría de los casos de placenta previa que no se corrije por sí sóla, la cesárea es necesaria debido a la ubicación de la placenta.

Las complicaciones después del parto

Debido a que el riesgo de hemorragia es mayor para las mujeres con placenta previa, las madres serán monitoreadas para detectar signos de hemorragia. Pueden mandarte medicamentos para controlar el sangrado, como la oxitocina. La anemia puede aparecer en la madre o el bebé por lo tanto los niveles de hemoglobina se supervisarán y los suplementos de hierro se recomendarán para controlar esos niveles.

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