Son muchos los cambios que sufre nuestro cuerpo durante el embarazo. En ocasiones también es posible que afecte a la tiroides, debilitándola y haciendo que nuestro aumento o disminución de peso cambien drásticamente.
¿Qué es la tiroides?
La tiroides es una glándula de unos 20 gr. situada en la base del cuello. Su forma es semejante a la de una mariposa: tiene una delgada porción central (istmo) y está rodeada por un lóbulo derecho y un lóbulo izquierdo.
¿Para qué sirve?
Básicamente es como la “directora” de nuestro organismo. Se encarga de crear hormonas que actúan sobre la regulación del metabolismo, es decir, sobre el uso de energía del cuerpo. La temperatura corporal, la frecuencia cardíaca, el sistema nervioso y digestivo también se encuentran influenciados por la tiroides, además de muchas cosas más (nuestro ánimo, deseo sexual, exactitud de las menstruaciones, etc…).
¿Qué papel tiene la tiroides durante el embarazo?
El embarazo es un periodo marcado por los cambios en la función tiroidea. Para las necesidades del feto, en especial su desarrollo y crecimiento, la tiroides se debe adaptar y producir más hormonas.
Para fabricar esta gran cantidad de hormonas la tiroides necesita más yodo. Para algunas madres, la deficiencia de yodo les conduce a un aumento significativo de la tiroides. La mayoría de las veces este fenómeno es reversible. La mayoría de las hormonas producidas durante el embarazo también estimulan a la tiroides.
¿Cuáles son las consecuencias de la disfunción tiroidea durante el embarazo?
A veces la tiroides está fuera de control (hipertiroidismo). Este trastorno afecta al 2% de las madres y normalmente desaparece alrededor del 3º ó 5º mes. Los síntomas son vómitos, pérdida de peso, el corazón late más rápido de lo normal, etc.
En otros casos (0,2%) puede ocurrir justo lo contrario (hipotiroidismo). Es posible encontrarse con la piel seca, aumento excesivo de peso, etc. Afortunadamente este problema suele desaparecer después del parto.