Cuando los médicos advierten que el bebé realiza menos de diez movimientos fetales en una hora (tras pedir a la madre que esté inactiva durante dos horas y cuente los movimientos fetales) a menudo realizan otras pruebas para confirmar o descartar posibles problemas. Así, los expertos utilizan el denominado perfil biofísico de Manning en los casos en que creen que algo está dificultando el buen desarrollo del feto. Éste analiza los siguientes parámetros:
- Movimientos denominados de aspiración.
- Los movimientos fetales.
- El tono muscular Gracias a la ecografía es posible observar si las patadas que da el feto tienen la suficiente fuerza o no.
- Actividad cardiaca fetal, a través de la monitorización.
- El volumen de líquido amniótico (cuando es escaso, el feto suele moverse menos), que puede observarse mediante una ecografía.
Además, la localización de la placenta también puede influir en que la madre note o no a su bebé, pues si la placenta se sitúa en la cara anterior del útero amortigua las patadas del niño, por lo que su madre no las sentiría con tanta fuerza.
El médico también puede preguntar a la gestante por sus hábitos de vida, pues pueden afectar a los movimientos fetales. Así, cuando la madre es fumadora, el bebé se mueve menos. Igualmente ocurre cuando la mujer toma determinados medicamentos, sobre todo si son tranquilizantes.