En principio, una mujer que ha llevado un embarazo normal, sin riesgo, puede dar a luz en casa con seguridad. Sin embargo, en España no ocurre como en otros países europeos, cuyo sistema sanitario público facilita y financia el parto en el hogar, por lo que las circunstancias y los requisitos para poder llevarlo a cabo son más estrictos y tus opciones más limitadas.
Las principales exigencias para poder tener al bebé en tu propia casa son que no tengas ninguna patología propia o asociada al embarazo que pueda poner en riesgo tu salud y la de tu hijo y que vivas a menos de 30 minutos de un centro hospitalario.
Por supuesto, debes contratar los servicios de uno o varios profesionales sanitarios – en España hay un centenar de matronas especializadas en partos a domicilio- y estar dispuesta a cambiar de opinión si el desarrollo del parto así lo exige. En España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), sólo el 1% de los parto se desarrolla en casa, un porcentaje todavía muy lejos del 30% de Holanda o del 10% que registran otros países, como Alemania, Austria y Dinamarca.