Si ya has pasado por un embarazo sabrás que, entre el primer y cuarto mes (a veces tras la lactancia) se produce una alarmante caída de cabello. Si es la primera vez que pasarás por esto es posible que te sorprendas, pero puedes estar tranquila, ¡no te vas a quedar calva!.
La culpa de esta caída la tienen las hormonas, esas mismas que hacen que mejore el aspecto del cabello y de la piel durante el embarazo, después de éste hacen justo lo contario.
Lo primero que debes saber es que el nacimiento del cabello cumple tres etapas: anágeno, catágeno y telógeno. Cada cabello tiene su ritmo y mientras unos están en la primera etapa otros estarán en la segunda o tercera.
La primera etapa (anágeno) es en la que la raíz da origen a un pelo que crece durante 3 años aproximadamente, independientemente de que lo cortemos o no. La segunda etapa (catágeno) es cuando la raíz sale de la dermis y comienza su aparición en el cuero cabelludo. Y la tercera etapa (telógeno) es aquella en la que el pelo, inevitablemente, va a caer.
Normalmente un 85-95% del pelo está creciendo mientras que el otro 5-15% está en periodo de reposo y luego cae. Una persona normal puede perder alrededor de 100 pelos al día, sin embargo, la caída del cabello después del parto va mucho más allá.
En cierta etapa del embarazo habrás notado que tu cabello estaba abundante y precioso. Esto es porque los niveles elevados de estrógenos hacen que se prolongue la fase de crecimiento y que hayan menos pelos en reposo, por tanto, apenas hay pelos que deban caer.
Después del parto estos niveles de estrógenos bajan drásticamente y la fase de reposo aumenta, por lo que hay mucho más cabello que debe caer. Ésta caída puede acentuarse con el estrés, la cuarentena y otros factores hormonales.
Ten paciencia, relájate y ten una dieta equilibrada. Poco a poco te irás recuperando y verás como tu pelo deja de caer de esa forma tan alarmante.
